8.4.13



cien años de Alcoholes de guillaume apollinaire 

tomás Sánchez santiago: una traducción de Zone


ZONA

Vale ya estás cansado de aqueste mundo antiguo

Pastora oh Tour Eiffel te bala esta mañana un rebaño de puentes

Hasta la coronilla de vivir entre griegos y romanos

Pero si hasta los coches tienen aquí pinta de antiguos
La religión lo único que sigue siendo nuevo la religión
Sigue siendo genuina como los hangares de Port-Aviation

Sólo tú oh Cristianismo no eres viejo en Europa
El más moderno europeo sois Vos Pío X
Y a ti a quien escudriñan las ventanas te da vergüenza
Entrar en una iglesia y allí confesarte esta misma mañana
Lo lees todo prospectos catálogos anuncios que cantan a voces
Eso es la poesía esta mañana para la prosa ya están los periódicos
Y folletines por cuatro perras repletos de aventuras policíacas
Fotos de hombres ilustres y la tira de títulos

He visto esta mañana una calle preciosa ni me acuerdo del nombre
Nueva y limpia clarín del sol
Directores obreros y bellas secretarias
La cruzan desde primera hora del lunes a última del sábado hasta cuatro veces al día
Gime por tres veces la sirena en la mañana
Al mediodía ladra una campana enfurecida
Inscripciones en rótulos y muros
Placas anuncios chillan como loros
Me encanta esta calle industrial
Situada en París entre Aumont-Thiéville y Avenue des Ternes

Qué joven la calle y tú tan sólo un crío
Tu madre te pone siempre de azul y blanco
Eres muy devoto y junto a René Dalize tu primer viejo amigo
Os lo pasáis bomba con las pompas litúrgicas
Son las nueve ya el gas de las farolas se ha ido amortiguando a escondidillas salís del dormitorio
Rezáis toda la noche en la capilla del cole
Mientras una eterna y adorable profundidad violeta
Empaña para siempre la radiante gloria de Cristo
Es la hermosa azucena que todos cultivamos
La antorcha pelirroja que el viento no sofoca
El hijo pálido y sonrosado de la madre dolorosa
El árbol colmado siempre por todas las plegarias
La doble horca de honor y eternidad
Es la estrella de seis puntas
Es Dios que muere el viernes y el domingo resucita
Es Cristo que asciende a los cielos mejor que los aviadores
Y establece el record mundial de altura

Pupila Cristo del ojo
Vigésima pupila de los siglos él sabe apañárselas
Y convertido en pájaro este siglo remonta el aire como Jesús
En el averno los diablos alzan la cabeza para mirarlo
Dicen que imita a aquel Simón el Mago en Judea
Proclaman que si él sabe volar se le llame ladrón
Los ángeles revolotean en torno al hermoso funambulista
Icaro Enoch Elías Apolonio de Thyane
Flotan alrededor del primer aeroplano
A veces se apartan y dan paso a los que pone en éxtasis la Santa Eucaristía
Esos curas que ascienden eternamente al elevar la hostia
El avión se posa al fin sin replegar las alas
Se inunda el cielo entonces de millones de golondrinas
De un vuelo llegan cuervos halcones búhos
De África los ibis flamencos marabús
El rocho que cantaron fabulistas y poetas
Se cierne sosteniendo entre las garras el cráneo de Adán la primera cabeza
Baja en picado el águila soltando un potente grito
Y de América llega el pequeño colibrí
De China han venido pihis largos y ágiles
Que tienen solo un ala y vuelan por parejas
Y ahora aquí la paloma inmaculado espíritu
Que el ave-lira escolta y el ocelado pavo real
Y el fénix esa hoguera que a sí misma se engendra
Vela todo de golpe con su ceniza ardiente
Remontando estrechos peligrosos
Llegan las tres sirenas cantan como los ángeles
Y todos fénix águila y los pihis de China
Se hermanan con la máquina volante

Ahora vas caminando por París solo entre la multitud
A tu lado pasan bramando rebaños de autobuses
En la garganta la angustia del amor te pone un nudo
Es como si no fueses ya nunca a ser amado
Si vivieses en otro tiempo te habrías metido monje
Os avergonzáis cuando se os sorprende musitando una plegaria
Te burlas de ti mismo y tu risa chispea como fuego de infierno
Esas chispas doran y doran el fondo de tu vida
Es un cuadro colgado en un sombrío museo
De vez en cuando vas a mirarlo de cerca

Hoy caminas por París las mujeres están ensangrentadas
Entonces y no querría yo ni mentarlo empezaba el ocaso de la belleza

Rodeada de llamas hirvientes Notre-Dame me ha mirado en Chartres
La sangre de vuestro Sacré-Coeur me ha empapado en Montmartre
Me pongo malo si oigo palabras bienaventuradas
El amor que soporto es una vergonzante enfermedad
Y te posee una imagen que te hace sobrevivir al insomnio y la angustia
Siempre cerca de ti se interpone esa imagen

Ahora estás a orillas del Mediterráneo
Bajo los limoneros siempre en flor
Te das un garbeo con amigos en barca
Uno es nizardo hay otro de Menton y dos de La Turbie
Miramos espantados los pulpos abisales
Y entre las algas nadan los peces símbolos del Salvador

Estás en el jardín de una posada a las afueras de Praga
Hay una rosa en la mesa te sientes muy feliz
Y en lugar de escribir tu cuento en prosa miras
A esa cetonia dormida en el corazón de la flor

Horrorizado te ves hecho reflejos en las ágatas de San Vito
Estabas muerto de tristeza el día en que te viste allí
Te asemejas a Lázaro atontado en la luz
Las agujas del reloj del Barrio Judío van a la contra
Y también tú reculas lentamente en tu vida
Subiendo hasta Hradschin y escuchando de noche
Cantar en las tabernas cantos checos

Hete aquí en Marsella metido entre sandías

Y hete aquí en Coblenza en Hôtel du Géant

Y aquí en Roma sentado a la sombra de un níspero nipón

Y en Ámsterdam con una jovencita que encuentras hermosa y que es fea
Tiene que casarse con un estudiante de Leyde
Allí se alquilan cuartos en latín Cubicula locanda
Bien me acuerdo pasé tres días ahí y otros tantos en Gouda

Estás ahora en París frente al Juez de Instrucción
Te han detenido como a un criminal

Has emprendido viajes dolorosos y alegres
Antes de saber qué eran el engaño y la edad
Has sufrido de amor a los veinte y a los treinta
Viví alocadamente y malgasté mi tiempo
Ni te atreves a mirarte ya tus manos y por momentos querrías sollozar
Por ti por la que amo por cuanto te ha espantado

Miras deshecho en llanto a esos pobres emigrantes
Creen en Dios rezan las mujeres amamantan a niños
Inundan con su olor el hall de Saint-Lazare
Confían en su estrella como los Reyes Magos
Esperan ganar plata en la Argentina
Y tras hacer fortuna volverse a su tierra
Una familia arrastra una colcha roja igual que usted arrastra el corazón
Esa colcha y nuestros sueños son también irreales
Algunos de esos emigrantes se instalan aquí y alquilan mechinales en Rue des Rossiers o en Rue des Écouffes
Los vi a menudo al anochecer tomando el fresco en la calle
Y se desplazan raramente como figuras de ajedrez
Son judíos casi todos sus mujeres usan peluca
Se dejan caer rendidas en la oscuridad de las trastiendas

Te encuentras en la barra de un bar de mala nota
Tomando un triste café entre los desdichados

Estás por la noche en un buen restaurante

Esas mujeres no tienen mal corazón tienen preocupaciones sin embargo
Hasta la más fea ha hecho sufrir a su amante

Esa es hija de un sargento de Jersey

No había visto yo sus manos están duras y agrietadas

Me entra una inmensa piedad por las cicatrices de su vientre

Con negras carcajadas humillo ahora a una pobre muchacha

Te has quedado tú solo va a llegar la mañana

Los lecheros hacen tintinear sus cántaros en las calles

Como hermosa mestiza la noche va alejándose
Es Ferdine la falsuna o Léa la solícita

Y tú bebes este alcohol que quema como tu vida
Tu vida que te bebes igual que un aguardiente

Caminas hacia Auteuil prefieres ir andando a casa
Dormir entre tus fetiches de Oceanía y de Guinea
Son Cristos de otra hechura y de otra fe
Son los Cristos inferiores de las oscuras esperanzas

Adiós adiós

Cuello cortado Sol









CROMO

Esta libérrima versión –más que traducción- de “Zone” está asistida tanto por la osadía como por el escrúpulo. El espíritu transgresor y juguetón del poema no ha de estar cifrado necesariamente sobre una réplica cabal de las palabras que lo configuran. Y a eso me he atenido, sobre todo. Valores prosódicos y rítmicos gobiernan a menudo esta versión sobre cualquier otro criterio. Pero tampoco fue siempre así la transfusión del poema de lengua a lengua. Bajé expresiones a la gloriosa y montaraz lengua coloquial. Mantuve otras palabras como insignias de época (esos rebaños de puentes y autobuses, esa “máquina” con su aura de incantación en aquella hora vanguardista de entusiasmo por el artefacto) y alboroté otras con tal de crear mediante extrañas transacciones una analogía –o eso me parecía a mí- con esa sensación de segregación verbal continua que es “Zone”.

Por otra parte, estaba la oportunidad de su publicación precisamente ahora, en abril y en 2013, justo cien años después de la aparición de Alcools en las ediciones del Mercure de France, aunque hay que buscar textos seminales de este libro en revistas efímeras de 1904 y, posteriormente, de 1909. Desde esta fecha hasta la aparición de Alcools, sucesos en la vida de Apollinaire asomarán luego en los poemas (su ruptura con Marie Laurencin, su detención en 1911, su fascinación confesa por la estética rupturista de aquellos artistas). De todo se nutrirá también “Zone”, poema terminado sólo en los últimos meses de 1912 y publicado en primera instancia en el número 11 de Les Soirées de Paris pero que encabeza decididamente Alcools y marca la pauta programática de una estética que quiere abominar del pasado en todos sus órdenes comenzando por la supresión de todo signo de puntuación (“el propio ritmo y las pausas de los versos son la verdadera puntuación y no hace falta otra”, escribirá el poeta a su amigo H. Martineau). Esta apariencia prosaica del poema se ha puesto en relación con antecedentes de Maeterlinck, Whitman o Cendrars. Sea como sea, “Zone” ha quedado como uno de los detonantes de la modernidad poética.

Ojalá esta fidelidad al énfasis y al vaivén emocional del poema sustituya de modo suficiente a la impericia de este ocasional traductor que ahora ha comprobado bien aquello que una vez oyó decir a Laurence Breysse-Chanet acerca de este ejercicio de imposible ventriloquia que es traducir: “un entender perdiendo”.

T. S. S.
León, abril, 2013


EN este enlace se puede escuchar la voz del propio Apollinaire recitando
Le pont de Mirabeau en una grabación de 1913


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